martes, 31 de enero de 2012

Imperdonable

-Tenemos que hablar.
-¿De qué?
-Se  me hace difícil, pero hay cosas que no puedo seguir callando, y aunque me duela tengo que decírtelas.
-Mi amor, sea lo que sea sabés que podés confiar en mi, somos una pareja, estamos para apoyarnos mutuamente.
-Gracias amor, sos un dulce. El tema es que... bueno, ¿Te acordás que te dije que había vivido en Estados Unidos diez años?
-Si.
-Te menti, en realidad... bueno, estuve presa.
-¿Cómo??
-Si, me daba verguenza decirlo obviamente, pero errores cometemos todos¿no? y yo ya pagué por los mios.
-Esto es muy fuerte, no sé que decir...
-Si querés dejarme te entiendo, es que yo... ¡Te quiero tanto! No podía seguir asi, perdoname, perdoname por favor!
-Mi amor, no llores, vos lo dijiste, todos cometemos errores, ahora tenemos que mirar para adelante y olvidar los errores del pasado.
-Sos un tierno, te amo.
-Yo también.
-...
-...
-...
-Sólo una pregunta.
-Si amor, decime.
-¿Qué hiciste?
-Yo... ¿Te acordás que te dije que mis padres habían muerto en un accidente?
-¡...! S-si...
-En realidad, yo los maté. Tuve una etapa muy rebelde en mi juventud, y bueno, ellos no me dejaban crecer.
-Increible. Increible...
-Viste que a esa edad uno hace locuras
-Si, es cierto. Pobrecita, se ve que no tuviste contención. Es una edad difícil.
-Claro, es lo que yo digo, yo estaba un poco desnorteada, y ellos se enojaron fundamentamente por lo de las películas.
-¿Qué películas?
-Yo hacía películas porno, para comprar drogas más que nada. Cuando mis padres lo descubrieron, tuvimos, eh, bueno, pasó lo que pasó.
-¡Películas porno!
-Si. ¿Que locura no? jajaj. Hasta llegué a operarme las tetas para tener más trabajo jajaja.
-Eeentonces, ¿no son naturales?
-¿No te habías dado cuenta?
-La verdad, no.
-Increíble lo que una hace por el ser que ama, ¿no te parece? Te mentí para protegerte, y bueno, supongo que también porque me sentía insegura al principio y no quería perderte.
-Está bien amor, no importa, en definitiva estoy contento de que te abriste y confiaste en mi, ya no tenés que mentirme en nada, lo que tenés que saber es que te amo y pase lo que pase voy a estar contigo.
-Gracias amor, necesitaba oir eso, ya no más ocultamientos. Fijate lo insegura que me sentía que hasta te mentí en lo del cuadro de fútbol.
-¿Cómo?
-Te dije que era de Peñarol, pero en realidad soy de Nacional. Bueno, en realidad el fútbol no me interesa demasiado, yo...
-¡Pará pará! ¿Y el termo, y el almanaque, y los posavasos?
-Los compré el mismo día que conociste mi apartamento. ¿Que boba no? ¿Que  hacés, vas al baño?
-Cómo pudiste... cómo pudiste.
-Mi amor, ¿qué te pasa?
-No te conozco Mariana, siento que estuve todo este tiempo con una extraña. No quiero verte más.
-¿Cómo?.
-Lo que escuchaste.¡No quiero volver a verte!
-Pero me dijiste que me amabas, que no importaba lo que pasara
-Todo tiene un  límite Mariana, yo tengo un límite. Hay cosas que son imperdonables.



jueves, 26 de enero de 2012

Contraseña

Cerró el msn, facebook, twitter, badoo, cuevana, taringa, poringa, skype, youtube y se dispuso a salir a caminar un poco. No pudo levantarse del sillón. Miró a todos lados, espantado. No podía ser... Se había olvidado de la contraseña para vivir su propia vida.

lunes, 16 de enero de 2012

Tengo algo que decirle

Justo ahora usted  decidió  sentarse a leer esto. Vio que el texto no era muy largo y se dijo: "Vamos a darle una oportunidad; ¿Qué tan malo puede ser?" Gracias por su deferencia, estimado o estimada lector/a (debo ser cuidadoso en  mis textos de no ofender a quienes defienden las políticas de género y su aplicación en la literatura, aunque esa puntillosidad afee el texto, qué le vamos a hacer, son los tiempos que corren). Pues bien, tengo algo que decirle: no pudo elegir peor momento para hacerlo. Mientras usted lee esto, algo horrible está pasando detrás suyo, algo que cambiará su vida para siempre en una forma inimaginable. Lo mejor sería que dejara de leer y se diera vuelta ahora mismo. ¡AHORA!
Sí, ya sé que no hay nada fuera de lo común atrás suyo. Parece mentira cómo unos míseros segundos pueden hacer la diferencia entre la felicidad y el infortunio de una persona. ¡Ah, el destino y sus designios insondables! Si no hubiera empezado a leer todo hubiera sido diferente. Si le sirve de consuelo, puede, aunque lo dudo, que las consecuencias de lo que acaba de ocurrir sin que usted se diera cuenta no se manifiesten antes de muchos años. Siga viviendo su vida como si nada, endéudese, enamórese, desilusiónese como si nada hubiera pasado. Hágalo, se lo recomiendo, porque después será tarde. Me siento un poco culpable, pero en fin, hoy se pierden unas vidas, mañana se ganan otras, la literatura es así. Con tanta desgracia se me fueron las ganas de escribir, puede retirarse nomás, y  no es por  nada, vio, pero manténgase lo más lejos posible. La muerte me da un poco de miedito.