martes, 25 de enero de 2011

Monólogo bajo la cama

Lo peor no es el miedo, ni el ridículo, ni siquiera el frío de las baldosas.Lo peor es que me pica la espalda. Me pica en una forma insoportable, tanto que tengo que apretar los dientes y los ojos para no moverme. No quiero moverme, la parrilla de la cama me roza la espalda; podría, con un movimiento de vaivén contra las tablas, aliviar la picazón. Pero no quiero moverme, capaz que justo en ese momento mira para acá y se da cuenta. Mejor pienso en otra cosa, en la suba del boleto, no sé. Me pongo a contar para tranquilizarme, eso siempre da resultado. Uno, dos , tres, inspiro, expiro... Que día difícil dios mío, ya arranqué mal hoy llegando tarde al laburo, y todo el mundo malhumorado, después el quilombo con el taller y ahora esto. ¿De qué se olvidó? Y la muy estúpida se pone a discutir en vez de dejarlo irse. Los muchachos me van a gastar de lo lindo cuando les cuente. De sólo pensarlo me dan ganas de reirme mpfff, tengo que aguantarme veintisiete, veintiocho... ¿Qué zapatos busca ahora? ¿No serán estos? La puta madre, a ver a ver, los empujo de a poquito, así, así, afuera, ahi está, cuarenta y tres... Ya cuando me dijo que el marido tenía un revólver tenía que haber pensado mejor la cosa, pero como siempre termino pensando con la de abajo y acá estoy la puta madre ¿será una pulga? no aguanto más sesenta y cinco sesenta y seis. ¿Y ahora? Se ponen cariñosos, si será puta sabiendo que estoy acá ahora me tengo que quedar quietito y espero que aguante esa parrilla el guampa debe andar por los cien quilos ciento doce ciento trece ciento catorce... ¿ya está? con razón tu mujer sale a buscar afuera bueno ahora sí vestite rapidito. Y ahora lo que me faltaba, estas ganas de estornudar, por acá no ha pasado una aspiradora en años... ciento treinta y uno ciento treint...a... y ...ddd.... ¡¡A correr!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario